Querido Hamlet,
He decidido, en estos minutos de cordura que logré reunir, volverte a escribir. ¿Es posible amar y odiar a alguien al mismo tiempo? ¿Es posible que alguien se convierta en el anca y el salvavidas de otro al mismo tiempo? Oh, amor mío, desde que descubrí que fuiste quien ha mandado a mi padre al Hades siento que me hundo y, al mismo tiempo, sé que eres el único capaz de evitar que el agua llegue a mis pulmones.
¿Volverás, querido Hamlet? Poco a poco estoy perdiendo la noción de la realidad y no estoy segura de querer seguir viviendo.
Dame una razón para no ahogarme Hamlet.
Siempre tuya,
Ofelia.
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